A tres meses del crimen de la estudiante pampeana Agustina Fernández, la investigación gira en torno a un robo dateado al departamento de Pablo Parra. Allí, el delincuente se encontró con la joven y actuó con extrema violencia. En la actualidad, si bien no se descarta nada, se sospecha que el asesino ya no estaría en la región.
El crimen de Agustina sigue impune y para los investigadores es todo cuesta arriba. Sin cámaras para reamar un posible recorrido, sin testigos y con una muestra de ADN del presunto autor, pero sin nadie para cotejar. Así las cosas, una vidente, según ella, busca traer luz al caso.
Un precepto de toda investigación criminal es que nada ni nadie está descartado, pero a los pesquisas del caso les cuesta cree que Parra tenga algo que ver aunque no lo desechan.
De acuerdo al relato del joven petrolero, todo el recorrido que realizó el 2 de julio, entre las 19.30 y 20.15, espacio temporal en que se produjo el ataque, está más que probado y no hay duda alguna. De hecho, habría una persona vinculada a la investigación que lo vio en uno de los lugares que describió el joven.
A este dato hay que sumar que la muestra biológica levantada en la escena del crimen permitió obtener un registro de ADN.
Como Parra fue el último en ver con vida a Agustina, se transformó en el primer sospecho y también en el primero al que se le realizó un cotejo de ADN.
De acuerdo a los expertos, el ADN se corresponde a un hombre, pero no es Parra. El resultado científico fue contundente, pero la investigación continúa.
El móvil
En cuanto al móvil, tampoco hay dudas de que se trató de un robo, cierto es que se llevaron dos celulares y mil dólares en efectivo. Pero este robo abre dos hipótesis: oportunismo o un entrega dateada.
La teoría del robo de un oportunista es bastante azarosa y lo que los investigadores han podido determinar es que el asesino fue directamente a ese departamento porque sabía que Parra guardaba dólares en un lugar puntual. Acá el azar se desvanece.
Incluso, sospechan que se trató de un escruchante dateado que lo único que pretendía era robarse el dinero, mientras Parra no estaba en el departamento. De hecho, hasta esperó a que el joven saliera para ingresar, pero no previó que Agustina estaba en el departamento y una vez sorprendido todo se desmadró.
¿Pero cómo sabía el ladrón que Parra tenía dólares? A esta altura de la historia todo parece ser bastante simple. Parra había estado publicando, de manera insistente, en sus redes sociales que compraba dólares.
Método por el cual habría alertado a los delincuentes que pasean por las redes en busca de futuras víctimas o a un posible conocido que lo entregó.
No son pocos los que han sido víctimas de delitos a partir de sus publicaciones en las redes. Los expertos en seguridad recomiendan ser prudentes respecto del contenido que se sube porque hay muchos que están al acecho.
Esas publicaciones de Parra, son por estas horas, un indicio clave de que el robo estaba dateado.
Fuera de la región
De acuerdo a las averiguaciones realizadas por este medio, que exista una recompensa y nadie haya brindado información puntual para concretar la detención del asesino ha sembrado algunas dudas.
La primera, que se trate de un delincuente que haya salido hace poco tiempo de la cárcel, de ahí que no muchos en la región lo tengan en el radar.
La segunda, es que al advertir el crimen y saber la condena que le espera, el autor haya tomado la decisión de huir de la región. Algo bastante lógico para un delincuente que está jugado.
Para los investigadores hay cierta correlación de sus sospechas con el estancamiento del caso. Lo difícil, es buscar la forma de destrabarlo.
Para esto no existe una formula certera, solo se trata de seguir investigando hasta que se logre encontrar la punta del ovillo. Dicha tarea puede llevar su tiempo y no hay resultado garantizado. (fuente: LM Cipolletti)
