Villarruel accedió al pedido del peronismo y convocó a la sesión para echar al senador de los dólares

Victoria Villarruel convocó a la sesión que había solicitado el peronismo para echar al senador Edgardo Kueider, luego de su escandalosa detención en Paraguay y su imputación por tentativa de contrabando. 

Fuentes cercanas a la vicepresidenta admitieron que «avisó» lo que haría a la Casa Rosada, pese a que los aliados del gobierno en la Cámara Alta manifestaron en los últimos días su malestar por «la falta de una línea».

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«Siempre se charla», dijeron desde el entorno de Villarruel para bajarle el tono a las críticas en la Cámara Alta.

Con todo, la vicepresidenta divulgó la convocatoria por Twitter este miércoles. «Para no dilatar los tiempos, junto al presidente Provisional Abdala llamamos a una sesión mañana para que tratemos los actos inmorales que son de público conocimiento del senador Kueider, y que exponen una vez más la hipocresía del kirchnerismo», tipeó.

En el mismo posteo, expresó que el caso del entrerriano «es sin dudas un bochorno que merece recibir un castigo ejemplar, aunque al kirchnerismo lo único que le importa es quedarse con su banca (sí, Kueider entró en la boleta de Cristina) y así entorpecer la tarea de nuestro Gobierno». «Me hubiera gustado incluir también, un proyecto presentado por el senador Abdala para suspender al senador Parrilli, quien irá a juicio oral nada más y nada menos que por encubrimiento agravado y traición a la patria, pero no hubo consenso entre los senadores para firmar ese pedido, lo cual lamento enormemente», completó.

La convocatoria formal incluye para su tratamiento el expediente de expulsión impulsado por el interbloque de José Mayans y Juliana di Tullio y el proyecto de suspensión, encabezado por la firma del presidente de la bancada libertaria, Ezequiel Atauche

La existencia de dos iniciativas terminó en la tarde del martes dividiendo la fuerza de la oposición para echar a Kueider. Hasta la reunión de bloque del PRO, Luis Juez había dicho en sucesivas entrevistas que al entrerriano le correspondía la expulsión pero, al término del debate con sus colegas de bancada, empezó a hablar de suspensión.

Pese a que el propio Mauricio Macri había dado la orden para que su tropa parlamentaria diera quórum, sus legisladores se hicieron eco de los cálculos del oficialismo y el radicalismo acerca de las intenciones del kirchnerismo de sumar otra banca, con la asunción de Stefanía Cora, si Kueider terminaba expulsado.

Al cierre de esta nota, nadie en el Senado estaba en condiciones de asegurar el resultado de la votación, del mismo modo que en un despacho cercano a los libertarios masticaban bronca porque sentían que «Villarruel decidió tirar a Kueider a los perros». «Como no se sabe qué proyecto puede juntar dos tercios, es probable que todo termine en un escándalo», vaticinaban ante LPO.

Por otra parte, tanto los gobernadores peronistas como los de Juntos veían con preocupación la suerte de Kueider. Desde el entorno de un mandatario provincial del Norte Grande dijeron a LPO que aspiraban a «que baje la espuma», y agregaron: «hay que sacar lo de Kueider del centro de la escena y presionar por el presupuesto».

Más explícito habría sido un gobernador que responde al líder del PRO, en la conversación que mantuvo con uno de sus lugartenientes en el Senado. La preocupación del cacique provincial era que, si echan a Kueider, puede caer la mitad de los senadores que tienen causas federales y, frente a la pregunta del legislador sobre lo que debía hacer, la instrucción habría sido contundente: «No bajes al recinto, idiota».

En la misma sintonía, Mayans se anotició en la reunión de bloque que había integrantes de su bancada que no estaban dispuestos a apoyar la expulsión de Kueider. «El gobierno está trabajando en el proyecto para limpiar el Congreso desaforando a todos los legisladores con causas y eso va en serio», dijo uno de ellos a LPO.

Entre el pánico a las amenazas jacobinas de Milei y la camaradería con el entrerriano, libertarios, peronistas y macristas tienen dificultades para desmarcarse de las etiquetas de casta. (fuente: La Política Online)

 

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