El juicio contra Pablo Parra por el femicidio de la joven estudiante pampeana Agustina Fernández comenzó este lunes en Cipolletti. Un jurado popular será el encargado de definir si el acusado es culpable del brutal asesinato. Este lunes se realizaron las presentaciones de las partes.
Desde Villa Mercedes, Córdoba, Camila Sosa, amiga de Agustina, brindó su testimonio vía zoom. Camila contó que Agustina le había dicho que en Cipolletti tenía una relación informal, que estaba en un «chongueo». Agustina no quería volver a estar en pareja. Se había mudado a Cipolletti tras dejar una relación de noviazgo y quería estar sola.
A Parra le llamaban “el vecino”. Camila contó cómo Parra aprovechó la situación de una estudiante recién llegada a la ciudad, sin entorno y sin conocer a muchas personas, para fortalecer el vínculo con ella y ponerle todo a su disposición. «En ese vínculo él hace uso de esa vulnerabilidad y empieza a brindarle cosas que ella carecía. Facilidades, no tenía tele ni plataforma para ver película, no tenés lavarropas, te lo presto, no tenés plata te doy».
Camila agregó que Agustina tuvo que «poner distancia porque la situación se estaba poniendo intensa, no era fácil de llevar». Explicó que Agustina se sentía muy sola. Triste, sobrepasada, pero su motivación era la facultad. Le generaba felicidad este sacrificio cuando le daban una nota en un parcial». Y Parra, que era muy invasivo, aprovechaba esa vulnerabilidad para avanzar en la relación. «Cuando se juntaban él le ofrecía alcohol, vino, gin, y comidas. En una ocasión fueron a un shopping», declaró la amiga, que aseguró que si hubiera sido un robo, «no era necesario matarla». (fuente: LM Cipolleti)
